martes, 14 de febrero de 2012

The Ephemeral and the Eternal



The Ephemeral and the Eternal

El cabalgar de un caballo resuena sin cesar, un sonido que resalta en medio de un bosque. Pronto los cascos del enorme animal se detienen abruptamente, debido al movimiento de su jinete a las riendas. Enfrente se muestra una señal de madera marcada torpemente con indicaciones. Un hombre baja de un salto hasta el suelo, su rostro se mantiene oculto bajo la sombra de su capucha, su atuendo no es más que un compilado de ropas desgastadas y los agujeros revelan una piel lastimada. Se acerca a la señal y quita el moho para leer lo escrito, exponiendo una improvisada venda que se enrolla en su brazo,  en un intento por cubrirla de los rayos del sol que se cuelan por los árboles. La indicación es correcta y decide seguir adelante. Voltea un instante al camino recorrido, una vereda llena de cuerpos de animales en estado de descomposición y cuyo olor pestilente es intenso, obligándolo a cubrir su boca y nariz con restos de vendaje que sobran por su cuello, una acción que solo lo hace más soportable porque es imposible no percibirlo. Sube de nuevo al enorme corcel y emprende la nueva dirección que aun no manifiesta evidencias de aquello de lo que huye.

Al final del bosque una pequeña vereda llena de piedras muestra crecimiento de vegetación, una seña factible de que no ha sido cruzada con regularidad, sin embargo poco a poco unas huellas aparecen, marcas recientes e inconfundibles de un caballo avanzando a grandes zancadas. Esto lo hace cambiar su expresión a una de preocupación y apresura las riendas de su equino amigo, su único acompañante en este inesperado viaje. Y, aunque es solo una especulación, no puede permitirse descansar, al menos no en esos momentos. El temor de que alguien haya llegado antes que él invade su cuerpo.

A la distancia un puente de piedra se dibuja, una construcción que permite cruzar un arroyo que amenaza con secarse. Al otro lado aguarda un pequeño pueblo, una comunidad apartada de las demás por un extenso y agotador camino. La fama de sus animales de pradera y perros de cacería es muy distinguida. Las historias sobre este lugar son acogedoras y formaron una vez parte de los sueños del hombre, es una pena que no esté ahí por esas razones. Entra y se percata de que no hay personas a la vista y las casas mantienen sus puertas cerradas. Al adentrarse observa finalmente lugareños, pero no encuentra más que sus miradas frías, observándole desde pequeñas hendiduras formadas por puertas y ventanas entreabiertas, quienes al verse descubiertos, las atrancan con furia, como si eso pudiera evitar la posible hostilidad de la anormal presencia que representa para ellos.

El hombre sabe de inmediato que es esa sensación que recorre su cuerpo, si, parece que ha llegado tarde. Se detiene en la única posada del lugar, amarra su caballo a un viejo poste de madera astillada, entra al local y pide una habitación. El dueño cede por cortesía o quizás la necesidad de estabilizar su economía, no lo dice, pero su actitud deja leer entre líneas un rencor a los foráneos que emergía por cada diminuto gesto.


Habitación en la planta alta del local. Un cuarto luciendo minimalista, adornado solo con un espejo de frente a una cama. El hombre lo encuentra bien, es suficiente para él, se quita sus ropas y busca su reflejo en el espejo, lo encuentra desagradable y peor de lo que se había imaginado, las vendas sueltas vuelven a recordarle el deplorable estado de su piel. Una condición que ha visto antes y cuyo final conoce de antemano. Es consciente de que no podrá escapar. Se cubre con nuevos vendajes y espabila un poco. Baja y sale a caminar al pueblo.

Un herrero es lo que necesita, su caballo no está en condiciones de seguir adelante. El hombre considera una noche para la recuperación y, en caso de ser necesario: sacrificarlo, conseguir otro primero es vital, porque aun no sabe si tendrá que sacrificarlo.

Camina por las calles en busca del maestro del metal. Sin embargo es necesario decir que es un extraño, y la herramienta más útil en esa situación es preguntar. Golpea la entrada de algunas casas, pero es ignorado por la mayoría, y los pocos que aún muestran un rastro de bondad, al final le cierran la puerta en la cara. El hombre debería de sentir indignación, quizás impotencia u odio, pero entiende muy bien lo que sucede, que no hay razón para eso, la situación actual lo amerita. El sol en lo alto se mueve lentamente cuando en su caminar advierte una casa con una herradura al frente, asume que ese podría ser el lugar que busca y entra sin desidia. Un niño se cruza con él, un pequeño que tiene los ojos rojos de tanto llorar. El hombre se aturde y de inmediato algunas imágenes pasan por su mente. Si, un pequeño con una sonrisa y una piedra mal tallada que adorna tierra amontonada. Desvanece un instante pero es regresado a la realidad por aquellos llantos que no puede pasar por alto.

                -¿Qué te ocurre niño?- pregunta
                -¡Mi abuelo, mi abuelo está! -Dice el chico entre sollozos

                El hombre es encaminado por el pequeño a una casa de madera a un lado. El lugar está en mal estado, la cocina carece de madera y una olla colgada contiene caldo con un color verde característico de comida perdida, el polvo de la habitación desvela pasos que apuntan a un lugar en el fondo; otro cuarto donde un anciano con las mismas marcas que él yace en una cama. Se escuchan gritos de dolor, quizás impotencia. Sabe que no hay nada que pueda hacer, y también sabe que no le queda mucho tiempo. Acompañarlo en sus últimos momentos es todo lo que puede hacer por él, y hay una razón muy específica para ello. Toma una silla de madera y cuero endurecido y mira atentamente al viejo, reconoce las señales, son inconfundibles, Si, las mismas que se llevaron a su esposa, llagas en la piel, delirio, dolor, ardor y algo más tácito que inunda el ambiente.

                El hombre se hunde en reminiscencias; recuerdos de una vida que ha cambiado bastante rápido, acuden  a su mente imágenes de una familia que se siente lejana, como si fuera el sueño de una noche de verano. Los bosques que una vez albergaron una gran diversidad de animales pronto quedaron vacíos, cayendo lentamente durante días, semanas. Un aroma en particular alcanzó su vivienda, su hijo fue el primero en mostrar los signos, su esposa lo siguió casi al unísono.

                Las noches en vela pasaron lentamente, las plegarias al cielo no surtieron ningún efecto, cuando se dio cuenta de que su cuerpo también había sido alcanzado notó que en todo el pueblo ocurría lo mismo. Inició pronto una búsqueda desesperada por una cura que terminó en fracaso, nadie sabía que estaba pasando, nadie podía hacer nada al respecto. No pasaron muchos días cuando entre lágrimas, lamentos y un vacío inexplicable tuvo que tallar en piedra un monumento, aquel que guardaría la memoria de su hijo por toda la eternidad. Su esposa quedó tan destrozada que prefirió dormir sin predilección de despertar. Ya eran dos lápidas labradas por su mano, y sin interés ni intención de nada, esperó por una muerte que le fue negada en ese momento.

                -Algo había ahí- concluyó

                La tarde ocurrió sin ningún cambio, y claro, sin ninguna mejora. Ya era de noche cuando llegó el momento de lo inevitable. El niño, el anciano y él, eran las únicas personas en la habitación, sin embargo el enfermo miraba a otro lado, acompañado de una sensación de terror extremo. Inmediatamente recordó los últimos momentos de su esposa, la fuerza con la que apretaba su mano, la expresión de terror y que en lugar de verlo a él, su mirada estaba en otro lado como si vislumbrara una entidad que los acompañaba.

Nuevamente observa lo mismo y ahora ya no lo duda, ahí hay algo pero no logra mirar nada, no hay nadie más en la habitación. El viejo empieza a temblar, ya no es dolor, sino un terrible miedo que lo aturde, que lo hace morderse la lengua, dejándolo en shock, inexpresivo, muerto.

                El hombre agobiado por vivir todo esto por segunda vez no puede encontrar el valor para simplemente irse. El niño le recuerda que fue padre y también esposo. Una lágrima logra salir de su rostro y cae de rodillas en un instante lleno de empatía, ahora más que nunca es consciente de estar en el límite; el final del ineludible destino que enfrenta y la posibilidad de que el camino lleno de cuerpos putrefactos que ha recorrido pronto podría llegar a su fin.

Run Won’t Change Anything

Ha llegado la mañana y el cansancio ha logrado detener los llantos del niño, el hombre durmió en el suelo y en su rostro las lágrimas de la noche anterior dejaron líneas color carmesí que ahora están secas. Se levanta y cubre con una sábana sucia el cuerpo del anciano. Al final del día ya tiene una nueva imagen inmortalizada en su memoria, si, otro montón de tierra apilada, en la que una herradura adornará eternamente el descanso de ese desconocido maestro del metal.
Pocos días han pasado, y como un diente de león en un día de tormenta, el pueblo fue arrasado por un enemigo invisible que consumió su vida paulatinamente. El hombre está acostado en la cama, su piel ha perdido rastro de su color natural y las sábanas se tiñen con las escoceduras ocultas bajo la ropa. El niño está aturdido, esto es demasiado, ya no es capaz de comer o salir a jugar, ese hombre recostado es lo más cercano que tiene a una familia y sabe que pronto no quedará nadie.

El lapso que acompaña su tristeza es corto, sus padres perdieron la vida ante un jinete en el bosque,  su abuelo también se ha ido, y durante los momentos más críticos, el niño le confiesa sus temores.

-¡Por favor no te vayas!- se escucha decir al pequeño

Sin embargo el hombre se siente feliz, finalmente la hora que había estado esperando ha llegado, y nunca pensó terminar en un lugar como ese, pero no es algo que le incomode.

-¡Si yo sobreviví, tú también!- grita el niño

El hombre cambia levemente su expresión, a una mueca indescifrable, sin darle un verdadero significado a esas palabras. Y, el momento finalmente llega, cuando las agujas del reloj parecen casi detenerse, en un suspiro ahogado, y el camino parece que terminará pronto, se revela una misteriosa figura enfrente de él.

-Por favor, sea quien seas, llévame con mi familia- dice el hombre con una expresión de alegría, que contrasta con el cuerpo mutilado que posee.

La presencia advierte su petición y duda un momento ante lo inesperado de las palabras, sin embargo extiende su mano a él. El hombre intenta levantarla pero no puede, solo voltea un momento a ver al niño, la expresión le cambia inesperadamente, observa que el chiquillo también está mirando a esa presencia enfrente de él. Tiene la boca y los ojos abiertos de par en par, su respiración es completamente descontrolada, hace pensar que en cualquier momento puede echarse a correr o llorar con total pánico, pero eso no sucede, solo le observa, callado. Queda atónito del evento, preguntándose porque.

                -¿Puedes verla?- dice el hombre con las últimas fuerzas que le quedan

Pero no fue suficiente y el niño ignora el comentario, incontenibles lágrimas brotan por su rostro, el dolor de una herida sobre otra que no había cicatrizado. Sin embargo es un niño, y no puede acarrear el cuerpo de un adulto. Sus peticiones por ayuda fueron negadas, su presencia fue considerada despreciable. La poca bondad que necesitaba para enterrar un cuerpo fue pagada con golpes, desprecio y humillación, fue echado del pueblo agonizante, sin esperanzas y sin compasión.

                Soledad, tristeza y una inocencia robada caracterizan al pequeño, quien ahora camina sin rumbo por aquello que quedó marcado en su vida. La búsqueda de un ideal en un mundo putrefacto. Tomó prestado un libro, una guarida para lo único que le queda. El recuerdo de aquel hombre y la figura de esa presencia misteriosa.


The Memories of few can be the Nightmares of the others

 ¿Qué es un día en mi existencia? Mi maldición, un absurdo precio por continuar mi vida. Recibido por la bondad de sus corazones, exiliado por el odio que en verdad sienten hacía mi. ¿Qué soy yo? Un emisario, sin rumbo; un vagabundo. Un portador

The Man from the earth have many dreams, but the reality have only Nightmares

¿Por qué no morí? ¿Por qué sigo vivo? ¿Por qué no puedo encontrarla?
Todo desvanece a mi alrededor, negándome lo único que en verdad deseo, irrumpir esta soledad que ahora me consume, corrompe mi alma manteniéndome en un doloroso borde entre de la verdad y el engaño.

Every moment is a step towards to…

En medio del bosque una luz da nacimiento a siluetas en los árboles, tenebrosas sombras amorfas que se mueven inherentes al viento, ahí se encuentra un hombre dormido junto a una fogata, no hay nadie más cerca, en su rostro rueda una gota de sudor, quizás una pesadilla lo acompañe. Hace algunos sonidos que aseguran que pasa por un mal sueño. Su pasado tal vez.

Sin previo aviso su cuerpo se estremece, como si hubiera recibido un golpe tremendo, sus uñas se clavan en la tierra de forma feroz, dejando con ellas un surco de tres líneas de poca profundidad, presiona sus dientes con fuerza, haciéndolos crujir al tiempo que presiona sus ojos. Mueve sus labios en un susurro inaudible, un llamado desesperado, por un momento se puede ver el vapor helado saliendo de su boca, la temperatura desciende de repente. El fuego que hace unos segundos estaba avivado, ahora parece desfallecer lentamente ante pequeñas corrientes de viento, vive y luego agoniza en una danza efímera pero no parece morir, su luz se mantiene como un suspiro en medio de la oscuridad.

El hombre abre súbitamente los ojos, recorre deprisa el lugar con ellos pero no encuentra nada inusual, solo figuras de sombras que crecen con intención de cubrirlo todo. Una sensación recorre su espina dorsal, fue un mal sueño es seguro, sin embargo ha tenido un impacto tan grande que sus manos tiemblan sin poder detenerlas. Nota la suciedad entre sus uñas y su cuerpo capta el frio que envuelve al lugar. No es un frio proveniente del clima, sino de algo más, cuya existencia aún no se puede explicar con palabras.

Los primeros rayos del sol se cuelan a través de los árboles, anunciando el nacimiento de un nuevo día, la fogata ya se ha apagado, y de ella se desprende un hilo de humo blanco que sube hasta perderse en el cielo, se levanta de su lugar para ponerse en marcha nuevamente y echa tierra para prevenir cualquier accidente con el fuego, una costumbre que aprendió de niño, aunque ya no tiene importancia en su pensar. Se inclina un poco y toma una bolsa de tela que lanza sobre su espalda, sin más continúa su caminar, su búsqueda por su propia verdad. Sobre su mano derecha sujeta un libro con aspecto maltratado, lo ojea un poco mientras se dirige a la salida.

El bosque termina, y una pradera se dibuja enfrente de él. Cerca de ahí observa un pueblo y decide ir en esa dirección. Al cruzar la entrada se percata de un silencio absoluto; este es otro pueblo fantasma, una señal obvia de que estuvo ahí antes. Cada paso que da golpea en su memoria, armando como si fuese un rompecabezas ese camino que robó la inocencia que tanto lo caracterizaba de niño, acarreando a su espalda algo invisible que solo trae desgracia donde sea que vaya. Con un objetivo en mente busca entre los escombros algo que le pueda ser útil, pero conforme pasan las horas no encuentra nada. Se sienta fuera de una casa abandonada y abre de nuevo el libro. Empieza a hojearlo

Las hojas del libro contienen su alma, grabada en tinta durante los largos años que ha durado su travesía. Tantos lugares descritos en sus palabras, ciudades enteras que han desaparecido por su culpa, una que lleva consigo día a día, no quiere olvidarlas, pues siempre ha dejado una secuela de tristeza, soledad, muerte. Alguna razón lo ha llevado de regreso a este mismo pueblo, en donde el vacío lo golpea en el rostro, como si fueran bofetadas cargadas de culpa y desesperación.

No es recomendable quedarse por mucho tiempo, lo sabe muy bien. ¡Es mejor largarse!

Cierra el libro, y en su portada están las iniciales de un hombre cuyo nombre desconoce y que era el dueño original, un hombre que ha sido el único cuya expresión no fue de horror como todos los demás enfrente de ella, de nuevo piensa en ella, si, una presencia de la cual está convencido tiene un enlace que lo ha observado sobrevivir a su maldición. La sensación de que ella tiene respuesta que él desconoce lo motiva, no, sería más correcto decir que lo obsesiona con una fuerza terrible capaz de sobreponerse a  las pesadillas que lo atormentan, una razón que justifica su vida.

-¿Otra vez no te encontré? ¿Cuánto tiempo debe pasar para que la vuelva a ver? - Escribe en el libro.
-Como si fuera el sueño de una noche de verano, sigo con vida, aferrándome a una existencia que solo logro ver a lo lejos.

                Sus pasos lo llevan a un gran cementerio, se detiene justo en la enorme puerta de metal, o lo que queda de ella, que ya esta oxidada y algo resquebrajada por el pasar del tiempo, el chillido que hace la verja al ser golpeada por el viento, es molesta pero es atrayente. Sin dudar un tan solo segundo, encamina sus pasos hacia adentro, pasando entre las tumbas.

-¿Qué es esta sensación? Algo percibo en el ambiente, es frio; Intenso- Escribió en el libro.

                Una sonrisa se forma en su rostro, ella podría estar aquí. ¿Acaso su búsqueda desesperada ya había terminado?, podría verla al fin después de tanto tiempo, siente su cuerpo temblar ante esa posibilidad. ¿Podría su viaje haber terminado al fin de cuentas?

Los pasos pronto se transformaron en enormes zancadas, tumba tras tumba esa sensación parecía inmutable, la posibilidad de que todo llegaría a su fin lo movía como una obsesión inmaculada, ocupando su mente sin darle espacio a nada más. Corrió por senderos de lápidas interminables y a pesar de que parecía el lugar perfecto no encontró rastro de lo que buscaba, la esperanza era tan grande que tuvieron que pasar horas para que desistiera.

Frustración e impotencia eran expresiones que mostraban su rostro, y el gran dolor que conlleva tener esperanzas desvanecidas. Derrotado. El nivel que había tenido que soportar todos estos años era más que suficiente, se detiene en una tumba en particular con letras muy grandes talladas. Se deja caer en el suelo, y empieza a recordar en su cabeza lo que ha sido de su vida. Al parecer ya no importa.

Saca un pequeño cuchillo de su cintura y hace dos cortes profundos en sus manos. La sangre fluye por su cuerpo, la sensación de sueño pronto lo alcanza, hace frío y lo percibe justo por haber llevado una vida de destrucción. Sus ojos empiezan a cerrarse, no puede evitarlo pero no es una idea que le desagrada, sin embargo algo aparece enfrente de él, lo que siempre estuvo buscando, ella.

-¿Por qué ahora? -Pregunta débilmente– Yo… siempre he estado buscándote, me mantuve con vida para encontrarte y al final tú me has encontrado-




Every moment of life is a step towards death

-He visto tu vida a lo largo del tiempo, tan frágil y pasajera, viene siendo como el esplendor de una mañana cargada de neblina, o el manto rasgado de una reciente noche que ya se extingue, bajo los fieros rayos de luz vespertina. Ha llegado al fin tu momento, vengo por ti-

-Yo siempre te he estado buscando –Balbuceo con una mueca de sonrisa en su rostro-

-¡Has caminado en busca de un ideal, no de mí! –Refutó con su estridente voz- ¡No sabes nada! ¿Qué es la Muerte? Escucho a todo el mundo preguntárselo por lo menos una vez en la vida. Es solo una palabra, una etiqueta designada por ustedes para dar nombre al final de su ciclo.  La muerte es la única que tiene derecho a llevarse una vida, ya que todas ellas le pertenecen, la Muerte es dulce, claman los poetas en medio de su agonía, pero mi antesala tiene fama de ser realmente cruel. Esas son las palabras de todos.

El hombre soltó un suspiro, preparado de lo que se venía, solo era cuestión de segundos y ya todo habrá terminado, pero quiere escucharle, quiere saber lo que ella tiene que decirle.

-¡Nada puede romper el ciclo!,  pues quienes nacen mortales caminaran tarde o temprano hacía su propio fin. Todos los senderos llevan a mis brazos, ¡es imposible escapar! No necesitabas buscarme, yo te iba a encontrar.  Con tanta seguridad afirmo esto, que te he dado una vida de ventaja.
-Quizás tengas razón, pero ha de haber sido duro trazar este sendero tu sola. - se escucha decir al joven-
La muerte hace un gesto que desconocía de sí misma.

-¿Sola? No entiendo, ¿Por qué no tienes esa expresión como todos los demás?

La muerte, siempre temida, pero jamás reconocida.

-Yo solo quería estar contigo, eso me mantuvo con vida y finalmente estás aquí

¿Qué es esto que siento en mi interior? Él me ha hecho esto. Es como cuando llego a un campo de batalla donde hay miles de cuerpos entregados  a las garras de la muerte, ¿Es esta la expresión que me muestran los soldados? ¿Es esto lo que sienten?, algunos un alivio indescriptible porque pronto el dolor se irá y otros una verdad asfixiante porque no quieren morir. ¡Es un error! Todo esto está mal. Pero ¿por qué? He observado a este hombre caminar por el mundo, a su paso quedan veredas completas de cuerpos en descomposición, y él siempre ha sido capaz de verme.

¿Esto es la compañía? ¿Acaso no disfruté verlo durante todo este tiempo? ¿Un rostro por  vida? ¿Qué es la soledad? ¿Mi existencia es la soledad? Desde siempre he estado así ¿Eso lo hace correcto? ¿Por qué me pregunto todo esto? Ese hombre ha causado algo que no comprendo.

Este es el tipo de hombre que no puedo llevar. Yo no quiero llevarlo.

La sangre de la herida fluye haciéndolo agonizar pero levanta su mano hacia ella. La muerte tiene un impulso, un gesto se dibuja como nunca antes se había visto. Una sonrisa. El hombre también sonríe. La muerte entonces lo agarra de la mano. Ha ocurrido solo un instante más, y ahora tiene un montón de huesos enfrente de ella.

On my eternal road, he shows me the ephemeral bond. It Was At the Ephemeral Moment of Holding the Hand OF the Eternal

Siempre he estado sola, es como he conocido mi propia existencia, tal vez tuve un pequeño momento indescriptible con este hombre, un segundo de armonía,  pero fue un momento fugaz, tan efímero que ya lo siento desaparecer en mi propia esencia, y cuando ocurra, volveré a estar sola.
Como siempre ha sido.

 ¿Qué es mi existencia? Uno, cien, mil años. ¿Cuál es la diferencia? Un impulso efímero tal vez. Nacer significa morir, y mi eterna existencia es una que nunca podrá perecer. Si, una que jamás podrá vivir.

Tal vez ahora



Un edificio se contemplaba por toda la cuidad, era una universidad de prestigio especializada en gastronomía, muchos jóvenes entraban bastante alegres, decididos, y muy seguros de ellos mismos, una joven estaban en la entrada del edificio, ella tenía una expresión de inseguridad.

-Y si ¿no lo hago bien? -Se cuestionó así misma Camille. Ella era una joven de veinte años, de tez blanca, sus ojos de tonalidad rubí, tenía cabello negro, era ondulado y lacio que le llegaba hasta sus hombros, vestía una filipina con un pantalón negro casual -No puedo rendirme, es mi sueño, aun es muy pronto -Así ingreso a la institución un poco nerviosa, caminó temblorosa por los amplios pasillos hasta llegar al lugar donde presentaría su prueba

Camille estaba enfrente de la puerta. Paso saliva, su cuerpo seguía temblando, pero ella no abandonaría su sueño, poniendo su mano en el picaporte abrió la puerta. Había varios utensilios de comida en la habitación, así como mesas de metal y algunas estufas para cocinar. Se acomodó su cabello cuidadosamente metiéndolo en la red para pelo, después coloco su Toque Blanche sobre la cabeza y se preparó desplegando infinidad de cubiertos en una de las mesas.

-Veo que estás lista para la prueba Camille -Un hombre observó a la joven. Su tez era morena, sus ojos eran cafés, su mirada era seria, él tenía la misma vestimenta que ella -Esta vez yo seré el que juzgue tu platillo, sorpréndeme –Bufó.

-Haré lo mejor posible.

Así dio inicio su prueba, al sacar todos los ingredientes y al colocarlos en la mesa, tomó unos simples cuchillos, así comenzó. La Camille que había ingresado a la universidad ese día había desaparecido, ahora se encontraba una joven dando cortes hermosamente, su precisión, su velocidad habían cambiado considerablemente, una sonrisa cubría su rostro. Ella nunca considero cocinar como algo que se hacía por necesidad, siempre lo vio como algo hermoso que no muchos podían conseguir, así desde niña dio su arranque su sueño de ser una de las mejores chefs del mundo. El tiempo transcurría rápido, los minutos se iban consumiendo mientras a Camille no parecía importarle, ella estaba perdida en la belleza de cocinar.

-Se acabó el tiempo, veamos que has conseguido -El maestro se acercó a la mesa de la joven, quedo un poco asombrado, su mesa estaba impecable, no encontró rasgos de suciedad, observó los cubiertos lavados y escurriendo -Me sorprende tu orden Camille, esperemos que el sabor de tus platillos sea de mi agrado

-Gracias, no es nada, para mi cocinar es algo hermoso e indescriptible, por eso quiero ser una de las más grandes chefs del mundo -Comentó orgullosa por su trabajo -Si gusta probar -Ella fue colocando los platillos en orden en la mesa, había distintos platillos, una sopa de pasta, una ensalada César, un corte de res acompañado por finas hierbas
-Bien probemos -El hombre tomó una cuchara y comenzó con la sopa, dio un gran sorbo, su expresión cambio un poco, dio un suspiro y prosigo con cada uno de los platillos, al terminar de probar todos dirigió su mirada hacia Camille -Tiene mucha razón, cocinar es algo hermoso, y con cada platillo me lo has demostrado, tiene gran potencial jovencita, no dudo que llegues a ser grande, felicidades… has pasado esta prueba.

-Gracias -Ella extendió su mano y estrecho la de él, su felicidad y su satisfacción la hacían sentirse orgullosa de su logro.

-Creo que ya es hora de que sueltes mi mano -Sugirió el

-Sí, l-lo siento -Respondió muy abochornada, su éxito evito que se diera cuenta que no lo había soltado.

-Con su permiso me retiro Camille, nos veremos después.

-Si -Al irse el maestro, ella dio un gran suspiro y se quito su toque blanche y su red, no le agradaba el hecho de tener su cabello envuelto en esa “urdimbre” así salió de la habitación.

Camille se encontraba fuera de la universidad, vestía diferente, ya no traía la filipina y había cambiado su pantalón, ahora vestía una blusa de magna larga blanca, unos jeans, y una zapatillas. Dio un vistazo a su teléfono, noto la hora y se sorprendió ya había pasado una gran parte del día, un gruñido resonó de su estomago, había estado tan nerviosa que olvido desayunar.

-Creo que iré a buscar alguna cafetería cercana. -Se dijo a si misma buscando algún restaurante o cafetería.

Su búsqueda no fue tan larga, caminó unos cuantos minutos hasta encontrar una cafetería, parecía ser una cafetería clásica, lo que le llamó la atención fue el nombre de ésta “Que le sommeil” sin buscar más entro a aquél rústico y simple establecimiento… 
Las paredes eran de un color caoba y los marcos de las ventanas verde olivo. Había un olor tan agradable en el ambiente que de inmediato Camille quedó impactada con el lugar.
Se acercó a la mesa más pequeña que había disponible y seguido tomo asiento. Observó de nuevo el lugar y cuando bajó la vista apareció una carta ante sus ojos.
-¿Desea ordenar? –Preguntó un joven con aspecto de ángel; ojos azules y piel blanca; cabello rubio y liso, que caía con gracia en su frente.
-E-eh, A-ah… si. –Balbuceó Camille al ver al joven hombre a los ojos. Miro la carta rápidamente y después volvió sus ojos hacia él. –Quiero un café cappuccino y un omelette  rústico, por favor.
-Entendido. –Dijo el hombre mientras anotaba y momentos después se iba.
-Vaya que hay gente hermosa en el mundo. –Pensó Camille mientras seguía con los ojos persiguiéndolo.
 Fue una comida satisfactoria, sin embargo; Camille sentía que faltaba cierto ingrediente en el omelette.
Si tan sólo hubiera agregado un poco más de sal y no hubiera dejado tanto tiempo al fuego.
Dejó en una pequeña nota bajo la propina al momento de que se iba.
-Vaya… -Soltó el joven hombre asombrado al ver la nota.
Al siguiente día, Camille volvió a ir al mismo café, sólo que esta vez no fue atendida por el mismo hombre de la última vez, ya que este se encontraba atendiendo a las personas en la caja.
-Que lástima. –Se dijo a si misma mientras veía como él sonreía cada vez que alguien entraba al café.
Era un rostro perfecto, contrastado con una sonrisa simple pero encantadora. Sus ojos verdaderamente brillaban cada vez que alguien se iba del café con una sonrisa. Era simplemente espectacular mirar a alguien que amara tanto su trabajo.
Cada día era algo nuevo que Camille encontraba curioso y encantador en aquel hombre, su voz suave pero fuerte; sus manos delicadas pero masculinas; sus movimientos con gracia mientras atendía a las personas, siempre con una gran sonrisa.
Un día Camille se armó de valor y decidió hablarle por primera vez. Las manos le sudaban y apenas podía pensar en otra cosa que no fuera quedar en ridículo frente a aquel hombre. Tenía miedo de arruinarlo todo y no poder volver nunca más a aquel café que tanto adoraba.
Pidió un café y espero unos minutos para dar el primer sorbo. De repente su celular comenzó a sonar y, por los nervios y las prisas no supo que hacer. Meneó su mano en un intento de dejar el café en la mesa, pero este se golpeó con la punta de la misma y se derramó gran parte del café.
-¡Oh, por Dios! –Exclamó ella mientras buscada en la mesa las servilletas, esperando que no se regara el café y llegara hasta sus pantalones.
Uno, dos, tres segundos pasaron para que “algo” apareciera de repente y limpiara perfectamente la mesa.
-¿Un ave? ¿Superman? –Pensó al no poder captar que era lo que había limpiado la mesa, o más bien quién había sido. -¿Una persona? –Dijo al ver como aquel hombre que había estado observando durante los últimos días se ponía recto y la miraba apenado.
-¡Lo siento mucho! –Gritó rápidamente al ver como ella lo miraba asombrada. -¡No quise ser una molestia para usted!
-¿Eh? –Soltó Camille. –No, no… tranquilo, sólo me sorprendiste un poco. –Expuso intentando calmar a aquel hombre.
-Ah, usted es… -Dijo él un poco más tranquilo. –La clienta que siempre deja una pequeña nota.
-¡No puede ser! –Pensó Camille avergonzada. -¡Me ha identificado!
-Mi cocinero me ha pedido personalmente que le haga llegar esas notas siempre que lleguen. Al parecer su orgullo se debilitó un poco al saber que había alguien que creía que su cocina podía mejorar.
-No fue mi intención ofenderlo, lo lamento. –Murmuró para que nadie más los escuchara.
-No, no, tranquila.
-Disculpe… ¿Puedo decirme su nombre? –Preguntó Camille con las orejas caliente por la pena. Temía que aquel joven pasara de ella.
-Claro… me llamo Alexis. –Respondió él con su característica sonrisa. -¿Cuál es el de usted?
-Me llamo Camille. –Exclamó apresurada y emocionada al escuchar que él tenía tan sólo un poco de interés en ella.
-Mucho gusto Camille. –Comentó manteniendo su semblante de siempre.

-El placer es mío Alexis. –Dijo sonrojada ante el que tenía más interés en ella, él la vio fijamente, comenzó a abochornarse cada vez más, sin quitar su mirada de la suya comenzó a murmullar entre dientes, así no aguanto más y por acto reflejo pregunto. -¿Qué no ese es nombre de mujer? -De inmediato tapo su boca con sus manos, súbitamente sólo bajo la mirada. Lo que parecía ser un buen inicio se derrumbo, sólo se hizo a la idea de que él se fuera indignado.

-Si –Rió muy divertido ante la pregunta -Me lo han dicho algunas veces.-

-Lo siento…- Se disculpó ruborizada de sus palabras. Levantó un poco su mirada para ver la suya

-No tienes porqué disculparte Camille. -Aclaro regalándole una sonrisa

El celular sonó una vez más, Camille no prestó debida atención, ella estaba aun perdida en el momento que estaba viviendo. Alexis se acercó un poco más a ella, el rubor en sus mejillas aumentó hasta el punto de tener la impresión de tener fiebre. 
-¿No vas a contestar? -Preguntó un poco preocupado al ver que Camille no reaccionaba.

-S-si -Respondió muy ruborizada. Temblorosa fue extendiendo la mano hasta tocar su celular y contestar. Ella solo respondía con cosas simples a la llamada, sus pensamientos estaban perdidos en esa cálida y dulce mirada de Alexis.

-¿Era importante? -Interrogó interesado.

-Me temo que si… -Dio un gran suspiro y miró con tristeza a Alexis -Lo siento, debo irme…

-Parece que es muy importante… -Él se acercó, puso su mano en su cabello y lo acarició suavemente -No te preocupes por el café, va por parte de la casa, nos veremos en otra ocasión Camille…

Camille se quedo sin palabras, todo había salido muy diferente de cómo lo vio en su mente. Trato de hablar, pero ninguna palabra emanó de su boca así que se limito a asentir y ver partir a aquel que le era un desconocido hasta ese día. Se puso de pie y partió de ahí con un sentimiento que no sabía expresar muy bien.

Así iniciaron a pasar los días, Camille iba mejorando, avanzando un paso más cada día para alcanzar su sueño. Se daba prisa de terminar sus clases, para ir a la cafetería. Se había vuelto una costumbre, sentarse en la misma mesa donde habían hablado por primera vez con él, el mismo camarero, conversar acerca de sus sueños y de cómo se sentía. Siempre un nuevo platillo que ponía a prueba al cocinero que siempre trataba de llenar las expectativas de Camille sin éxito alguno.

El día no era alentador, cantaros de lluvia azotaban a la cuidad, no daba tregua alguna. Camille apenas salía de sus clases, observó la furia con la que azotaba la lluvia, pero no podía quedarse todo el día en la universidad, tenía deseos de ir a la cafetería de Alexis, tenía ganas de verlo. Así que se armó de valor y dio inicio a su cometido.

El camino no era largo, pero le parecía eterno, el agua nublaba su vista, así cada paso le fue un desafío, una proeza que realizo con determinación. Así por fin llego a la cafetería, que para su sorpresa estaba cerrada… una tristeza combinada con un manto frio y mojado la acogieron, así quedo recostada en la paredes y se abrazó a si misma, aun lado de la cafetería, esperándolo ver, esperando hablar con él.

Una silueta se divisaba a lo lejos, Camille la miro con esperanzas, entre más se acercaba sentía su palpitar más rápido, ¿Será Alexis? Se cuestionó esperando estar en lo correcto. Sólo fue una silueta que pareció imaginar, así se desvaneció en la inmensa lluvia.

-Que tonta fuiste Camille…-Se regañaba a sí misma, un semblante de tristeza se apoderó de ella, unas cuantas lágrimas escurrieron, la lluvia las cubrió perfectamente.

-No eres tonta, yo no lo creo -Animó Alexis a un lado suyo, extendió su sombrilla para cubrir el mojado cuerpo de Camille.

-Al-Al-Al -Balbuceó avergonzada por verlo después de decirse eso.

-No digas nada Camille, ven entremos, no quiero que te resfríes -Sugirió sonriendo como de costumbre, la ayudo a ponerse de pie y ambos se dirigieron a la entrada trasera.

Alexis llevo a Camille a la mesa de siempre, ella quedo de pie y el entro a la cocina. Salió con un par de toallas y un poco de ropa de él. Camille pudo secarse, su ropa estaba empapada, tomo la ropa de Alexis y entró a la cocina. Él sólo espero afuera.

-Gracias, Alexis -Dijo saliendo muy ruborizada por el gesto de Alexis.

-Descuida, y dime ¿Por qué viniste con esta lluvia? -Preguntó un poco divertido.

-No le digas la verdad -Pensó Camille sonrojada. -Es que me gusta venir a… a… a comer, si… eso es-Se excuso riéndose nerviosamente.

-Pero hoy solo vine yo -Dijo sonriendo ante la escena que viva.

-Yo… ¡yo quiero cocinarte! -Exclamó abochornada sin pensar en lo que dijo.

-Bien, sígueme -Sugirió dando una de sus tantas sonrisas, tomó de la mano a Camille y la llevó hasta la cocina.

-¿A don-donde va-amos? –Interrogó sonrojada al sentir la mano de Alexis con la suya

-Vamos a que cocines -Aclaró él sin darse cuenta que ella había inventado esa excusa.

Así llegaron a donde se encontraba todo, varios refrigerados a los costados, varias parillas, estufas y un sinfín de utensilios para la preparación de alimentos se encontraban en esa sala.

-Tómate el tiempo que desees, yo terminaré los demás preparativos -Con una reverencia Alexis salió de la cocina.

-Bien Camille, este es el momento de impresionarlo -Exclamó para si misma muy entusiasmada.

Tomando los ingredientes y los cuchillos, empezó a moldear la comida, como era costumbre para ella, dejó que su talento la guiara dando cortes, rebanando verduras. Con pasos hermosos y sutiles en unos cuantos minutos finalizo con la preparación, había hecho unas pechugas cordón blue. Satisfecha de su platillo se dispuso a salir de la cocina.

Quedó perpleja al ver como Alexis había preparado el ambiente, apagando todas las luces se apreciaba un azul cielo producto de la lluvia que caía por toda la cuidad, unas cuantas velas puestas en todas las mesas rusticas dieron a Camille una reconfortante sensación de tranquilidad. Ella se acercó a la mesa donde siempre había comido, encontró una nota que decía “reservado.”

-Lo lamento señorita, esta mesa esta apartada para una mujer especial -Alexis se acercaba con una botella de vino.

-¿Especial? –Interrogó perpleja. Su corazón palpitaba muy rápido al ver como Alexis se acercaba más a ella.

-Si -Respondió con un semblante tranquilo y regalándole una sonrisa de las que tanto lo caracterizaban -Es para alguien muy especial… pero creo que no vendrá, gusta acompañarme mientras ella llega a hacerme compañía.

-¡No digas bromas Alexis! -Exclamó totalmente avergonzada.

-Pero no es una broma -Se acercó a Camille, hasta que ambos rostros estuvieron frente a frente, él se acercó mas a ella. Sonriendo acortó mas la distancia y se acercó a su oído -Pero no es una broma, esta silla está reservada para una joven muy especial. -Susurró en tono dulce. Tomo la bandeja de Camille y la sirvió en la mesa -¿Gusta acompañarme en esta comida?

-S-si -Fue la única respuesta de ella, se dirigió a la mesa, sus movimiento eran los de un robot, torpes y lentos. Su respiración era cada vez más rápida, sus manos iniciaban a sudar y las palpitaciones de su corazón eran más fuertes que sentía que su corazón iba a reventar en cualquier momento. Con esfuerzo se sentó en la silla.

Alexis serbia todo con delicadeza, sin que una gota de vino se le derramara, sin que las porciones de comida fueran más grandes que otras, colocando los cubiertos en orden perfecto.

-¿Cómo te encuentras? -Interrogó dando un bocado a su comida.

-Bien, gracias -Respondió más tranquila y un poco mas relajada.

-Ya veo porque el cocinero no puede cumplir con tus expectativas, esto esta delicioso -Felicitó dando otra probada -Y dime, ¿Por qué quieres ser chef? -Preguntó al terminar de comer.

-Creía que ya te lo había dicho -Comentó ruborizada ante la felicitación de Alexis.

-Creo que lo olvide -Dio una carcajada leve.

-Está bien -Dijo resignada ante la respuesta de él. -Para mí la cocina no es algo que se haga por necesidad, es un arte… al cocinar, es hermoso e indescriptible. Por eso quiero ser chef, para deleitar a las personas con todo clase de platillos.

-Así que eso era -Comentó un poco más serio -No es tan diferente como el mío ¿Ya te lo conté no es así?

-Creo que lo olvide –Exclamó apresuradamente, su rostro estaba totalmente rojo sin decir más puso las manos sobre su boca, evitando emanar alguna otra cosa vergonzosa.

-Descuida, -Rió. -En esta cafetería he visto todo tipo de cosas, todo tipo de emociones que no puedo describir, esta cafetería es una como una persona, experimenta de todo dentro de ella. Así que la funde para poder llevar todos esos momentos especiales a más personas.- Terminó mirando al techo con su mirada perdida en el.
-Alexis… No lo sabía -Pensó sorprendida. Intentó  tocar su hombro pero los nervios la traicionaron, trató de nuevo corriendo con la misma suerte.
-No importa, creo que me deje llevar -Se disculpó un poco avergonzado -Que dices si terminamos.

La comida siguió su curso, ambos estaban sonrojados, pero ninguno iba a expresar lo que sentía estando en compañía del otro, no querían arruinar tan hermoso momento. El tiempo transcurrió, la mayoría de velas se habían consumido, la lluvia llego a su apogeo. Para ambos seguía siendo el mismo momento, los mismos sentimientos se hacían más latentes a cada segundo que ambos se miraban. El teléfono del establecimiento resonó por todo el establecimiento arruinando la atmósfera que ambos estaban viviendo.

-Discúlpame un momento Camille, regresaré pronto -Alexis se levantó y fue a contestar el teléfono.
-S-si -Asintió nerviosa viendo alejarse cada vez más lejos -Reacciona Camille, no puedes seguir así todo el día -Murmuró entre dientes para no ser oída.

La llamada se prolongó más de lo que Camille hubiera querido, ella jugaba nerviosa con su copa de vino. El celular de ella también sonó, su sorpresa fue grande al saber que los maestros de la universidad querían hablar con ella al día siguiente, ella sólo sonreía contentando con un “si” a todo lo que le decían. Ella colgó, guardó su celular y notó que Alexis había ya terminado de contestar por igualmente su llamada.

-Y bien, ¿Era importante? -Preguntó muy entusiasmada ante las noticias que había recibido
-…No lo era, sólo… Tengo que salir -Respondió sonriendo, ocultando la noticia que del mismo modo que le habían dado -Lo siento Camille… debo partir ahora.
-…Está bien -Dijo un poco triste, el momento que pasaron había finalizado, pero disfrutó cada momento en su compañía, y todo mejoraba para ella.
Camille se puso de pie y tomo su ropa aun húmeda, se acercaba a la salida trasera, sin mirarlo prosiguió hasta abrir la puerta de salida. Sintió una brisa fría correr por todo su cuerpo, ella quedó inerte por unos segundos. Alexis se acercó decididamente hacia ella.

-Camille… -Llamó suavemente Alexis.
-¿Sí? -Interrogó dando la vuelta encontrándose con él a unos pasos de ella, trató de decir algunas palabras pero no emanaba alguna de su boca.

Alexis tomó suavemente la mano de ella, llevándola tiernamente hasta su mejilla; con la mano libre tomo la mejilla de Camile; ella estaba muerta de lo abochornada que se encontraba, sintió lo cálido de su mejilla, una tersa y suave piel. 
-Yo… -Balbuceó nervioso por no tener las palabras adecuadas para decir lo que estaba pensando. -¡Espero verte mañana! –Exclamó con entusiasmo, a pesar de que eso no era lo que quería decir.
-S-si… claro. –Soltó Camille algo confundida.
Al día siguiente la lluvia se había calmado, ahora sólo quedaba un clima nublado con algo de aire de por medio. Camille primero fue a la universidad a hablar con sus profesores, y después; como era de costumbre, fue a su café favorito…
-¿Se encuentra Alexis? –Preguntó directamente a una simpática mesera con la cuál ya había entablado pequeñas conversaciones en sus tantas visitas anteriores.
-Si, creo que está en la parte trasera. –Respondió con su tono alegre.
-Gracias. –Dijo Camille mientras se dirigía a dicho lugar.
Los nervios la mataban, y las manos le sudaban mientras caminaba dudando de que sí lo que iba a hacer era lo correcto. Llegó a la parte trasera del café y ahí encontró a Alexis sentado sobre una caja de madera con las manos sobre la frente, como si algo estuviera atormentándolo.
-¿Alexis? –Preguntó dudosa mientras intentaba encontrar sus ojos con los de él.
-¡Camille! –Gritó de golpe al ver a la fémina llegar de la nada. –Perdón, justamente estaba pensando en ti y que aparecieras justo enfrente de mí… -Expuso al ver la expresión de sorpresa combinada con espanto de ella.
-No te preocupes… -Dijo con las mejillas sonrojadas. –Y…  ¿Por qué pensabas en mí?
-Ah, ah… es por… -Reacciono evadiendo la pregunta de Camille. -Venías por algo en especial, ¿no es así? –Sugirió mientras se acercaba a ella y los dos se ponían más rojos de lo que ya estaban.
-Si… pero dime tú primero que era lo que ibas a decirme. –Comentó ella dándose cuenta de las intenciones de él de no responder.
-¡No, no! –Exclamó de golpe pero sin sonar grosero. –Tú viniste hasta aquí a decirme algo… vamos, dilo.
-Está bien… -Dijo Camille con un suspiro. –Mis profesores creen que tengo mucho talento… y han decidido darme una beca para irme a Paría a estudiar. –Ninguno de los dos mostraba alguna sonrisa al escuchar la “buena” noticia, y Alexis se dio cuenta de que su expresión estaba mal, así que rápidamente sonrió con alegría y tomó a Camille por los hombros.
-¡Felicidades, Camille! ¡Al fin han reconocido tu gran talento! –Exclamó haciendo que ella pusiera una mueca que demostraba su disgusto. -¿Qué pasa?
-Es verdad que estuve esperando esta oportunidad por mucho tiempo… pero la verdad es que no quiero irme y dejarte, porque yo te a-
-Voy a irme a Alemania. –Espetó sin dejar de Camille terminara o más bien esa era la intención.
Por unos momentos quedaron en silencio, pero después Camille comenzó a llorar a cántaros… Alexis no sabía que hacer así que tan sólo le dio un abrazo y dejó que llorara en su hombro.
-Ya veo… -Soltó ella después de un rato. –Así que eso era, entonces… -La dio la espalda y se acercó a la salida. –Creo que esto es un adiós, ¿No?
-Si, así es… -Dijo él mientras intentaba suprimir sus lágrimas. –Adiós, Camille… te amo.
-Si, y yo a ti.

Era una fiesta de lo más elegante, con personas de la alta sociedad en ella… una mujer de aproximadamente unos 45 años se acercó junto a otra más grande a un grupo de empresarios.
-Señores… -Exclamó la más grande. –Quiero presentarles a la reconocida chef, Camille.
-¡Oh! –Soltó el grupo de hombre a excepción de uno que se acercó discretamente a las mujeres e hizo una pequeña inclinación de cabeza.
-Ha pasado tiempo, Camille. –Dijo el hombre con una gran sonrisa en su rostro.
-Si, espero te encuentres muy bien. –Respondió la mujer con un semblante de delicadeza y felicidad.
-Mira, Camille… por allá se encuentran los Señores Machigan. –Murmuró la que acompañaba a Camille mientras la jalaba levemente por el brazo.
-Nos veremos después, Alexis. –Dijo Camille mientras caminaba lentamente.
-Si. –Soltó él con la mirada de aquél joven que se había separado de la única mujer a la cuál había amado.

Mirror World


ARGUMENTO
La historia se desarrolla en un mundo futurista, en el cual la clonación es algo común para los humanos, aunque como era de esperarse la envidia y el resentimiento del ser humano siempre salen a flote, comienza una era de represión hacia estos seres clonados, despojándoles de muchos derechos. De los clones existentes surge uno que se rebela contra la opresión, el ambiciona más, ya que él es un producto eugenésico que ha evolucionado más que cualquier otro.
Esperamos que disfruten de nuestra historia que nació, vivió y murió con tan solo 5472 palabras.



 MIRROR WORLD

Qué sucedería si las personas tuvieran la capacidad de elegir las características que desean poseer, o que posean sus hijos, si las personas fueran clonadas el valor de la vida ¿Sería igual?, se estaría respetando la originalidad del ser humano, o se estaría hablando de una evolución producto del mismo ser humano ¿Cuál sería el trato dado a las personas que no tuvieran la oportunidad de elegir estas características? La naturaleza humana, egoísta, ambiciosa, envidiosa, cruel ¿mejoraría con esto? Es algo que no se puede saber, pero es algo que nuestro personaje está a punto de descubrir.
Todo comenzó en un día normal, el sol destellaba como de costumbre, las personas seguían su rutina acelerada, en general todo el mundo seguía su automatismo diario; sin embargo una bodega permanece completamente intacta, en ella se encuentra una cámara criogénica, la cual comienza a abrirse, de ella se logra ver salir una silueta, que busca ansiosamente la salida de esta habitación.
Al abrirse la puerta los rayos de luz dejan ver la silueta; se trata de un hombre joven, que llama la atención de las personas que transitan por la vía.
De pronto un hombre mayor se acerca al misterioso joven y se atreve a preguntarle lo siguiente:
-¿Oye tú, vives ahí?, pensé que esa bodega estaba abandonada.
Mientras el hombre observa muy atentamente los alrededores de la ciudad, pues esta era un poco extraña para él ya que habían edificios muy modernos, además de vehículos altamente avanzados; de inmediato logró concluir que se encontraba en  un lugar que no era su hogar, no obstante al ver estos cambios pensó de manera distinta y se imaginó que se encontraba en  otra época, decidió averiguar  en qué situación se encontraba:
-          Disculpe ¿podría decirme en qué año y ciudad estamos?
-           ¡Qué demonios te sucede!, este es el año 2157!, y en cuanto a la ciudad…
Al escuchar el año, el sujeto de inmediato volvió a entrar en la bodega. Rápidamente halló un interruptor con el cual logró encender un bombillo que alumbró toda la habitación en la cual se encontraba.
El sujeto se encontraba sumamente confundido por lo que había visto y además la respuesta de este señor le pareció muy extraña, sin embargo logró tranquilizarse.
Al lograr calmarse, se dedico a realizar una inspección al lugar en el cual se encontraba; al hacer esto se dio cuenta que ese lugar tenía una gran cantidad de tiempo abandonada, y ahí fue cuando comprendió lo que aquel hombre le había dicho antes. Posteriormente se encontró con una cámara un tanto extraña la observó detenidamente y después de algunos segundos logró deducir que era una cámara que tenía la capacidad de enfriar todo tipo de cosas a tal punto de lograr temperaturas muy bajas, esta situación lo desconcertó y le generó una gran cantidad de preguntas e hipótesis sobre por qué se encontraba en esa habitación y por qué él salió de esta cámara.
Sin dejarse agobiar por estas preocupaciones que le surgían en la mente, decidió proseguir con la investigación del lugar; quizás tenía la esperanza, no; más bien tenía la seguridad de que podía encontrar una pista acerca de que sucedió con los de su época y además el por qué él se encontraba ahí. Su habilidad de búsqueda no le falló, ya que encontró un mueble que contenía una serie de documentos.      
Después de revisar muy minuciosamente lo encontrado, halló algo que le dejó  muy sorprendido al principio, sin embargo una vez más demostró la gran capacidad que tiene para asimilar las cosas y tranquilizarse, por lo que decidió limpiar un poco la bodega en la cual él se encontraba, la acondicionó de manera que pudiera suplir la necesidad de vivienda de él y decidió tomar un descanso.
Al despertarse de su descanso, se había dado cuenta que ya era de noche, y decidió ir a explorar la nueva era en la que se encontraba, necesitaba sentirse vivo nuevamente, por lo que se levantó y salió a caminar.
Después de caminar varios metros por la ciudad, decidió entrar en un bar para tomar algo, relajarse y sobretodo saber más acerca de esta época; Sharik entró,  tomó asiento y un cantinero lo atendió:
-¿Oye qué te sirvo?
A lo que él contestó:
-Pues tráeme… sabes que mejor tráeme lo mejor que tengas para relajarse.
-De acuerdo, aquí tienes.
-Te puedo preguntar algo, dijo Sharik antes que el cantinero se diera la vuelta-  mientras tomaba la bebida que le habían servido.
-¿Si qué quieres?
-Me preguntaba, ¿Por qué algunas personas tienen en su ojo derecho unas líneas rojas?
-¡Oye! ¿En qué mundo vives?, pues es evidente que los que tienen esas líneas son clones
-¿Qué dices?
-Pues claro, los clones deben poseer esa característica para así ser reconocidos por su dueño; ¿en qué demonios estas pensando?
-Oh lo siento creo que me ha caído algo mal el trago discúlpeme, aquí tiene quédese con el cambio.
Después de oír esto Sharik, salió del bar muy pensativo, decidió regresar a su habitación, sin embargo durante el trayecto, observó comportamientos muy agresivos y discriminatorios hacia aquellas personas que poseían en su ojo derecho una marca; esas líneas rojas que tanto le habían llamado la atención, parecían ser una maldición para aquellos que la portaban debido al maltrato al cuales se veían sometidos, ellos no respondían esto era lo que más le llamaba la atención, que estas personas no hacían nada para defenderse, pronto llegó a su casa y comenzó a extrañar nuevamente a su amada Aashta, recordando la hermosa sonrisa en su rostro, hasta que se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente decidió seguir conociendo la nueva ciudad, en la cual se encontraba, ya que no era en donde él solía vivir, se habían dado muchos cambios. Decidió a caminar un poco más allá del bar de la noche anterior hasta llegar a un parque en donde logró ver algo que le llamó la atención.
En una esquina de ese parque se encontraba un grupo pequeño de personas, que estaban alrededor de alguien que parecía estar dándoles un sermón, por lo que decidió acercarse y en seguida se pudo dar cuenta que eran clones quienes rodeaban a este personaje, entonces se interesó aun mas escuchar que era lo que este personaje tan peculiar le decía a estos clones, y esto fue lo que escuchó:
-          Escuchen lo que les digo, yo sé que no podemos hacer mucho, sin embargo debemos ser tolerantes, aunque ellos no lo sean; lo que debemos hacer es tratar de cambiarlos, por medio del diálogo en una conversación pacifica yo se que ellos pueden entender.    
Al escuchar esto Sharik quedó un tanto impresionado, por lo que comenzó a inspeccionar detenidamente a este personaje que parecía ser una persona normal de no ser porque había algo que lo hacía diferente de quienes lo rodeaban y era que las líneas rojas que identifican a un clon estaban en su ojo izquierdo; lo que despertó aun más su interés hacia este personaje misterioso, por lo que decidió conocerlo.  
Espero a que estuviera solo para aproximarse hasta él y le dijo lo siguiente:
-Disculpa, ¿puedo conversar contigo un momento?
-A lo que le respondió:
-Por supuesto, dime ¿en qué te puedo ayudar?
-Veras tengo algunas preguntas así que si prefieres podemos ir a un lugar donde estemos más cómodos.
-Si claro escoge ¿A donde quieres ir?
-Sígueme, por favor, vamos a donde estoy viviendo.
Al llegar a la bodega, Sharik le ofreció un lugar donde sentarse, lo extraño del caso es que ninguno de los dos conocían los nombres de cada uno y sin embargo se respiraba un aire de confianza entre ellos, quizás los instintos los ponían sobre aviso de lo que podía pasar, entonces Sharik rompió el silencio:
-Mi nombre es Sharik, estoy encantado de conocerte. 
-Sharik eh… mi nombre es Zach; y bien de ¿qué querías hablarme?
-Pues, es que me llamó poderosamente la atención que tu, estuvieras dándole consejos a los clones, y quería conocerte, para saber el porqué ayudas tanto a esas personas.
-Ah con que era eso, si es verdad, me gusta ayudar a los de mi raza.
-¿Tu raza?,  pero he observado que tu marca… esta en el lado izquierdo, y por eso pensé que eras diferente.
- Déjame explicarte, si bien es cierto mi marca se encuentra en un lugar distinto a los demás, sigo perteneciendo a esa raza, ya que también fui la creación de un científico, soy el hombre idealizado por una persona, o eso es lo que me han dicho, poseo mejores aptitudes que cualquier humano promedio como todos los de mi raza.
-Ya veo, sin embargo, sigo sin entender ¿Por qué tu marca está ubicada de manera diferente a los demás?
-Bueno  eso se debe al deseo de la persona que me encargó, él quería que yo fuera diferente, que sobresaliera por eso logró que los científicos implantaran en mí la característica genética en mi ojo izquierdo, es la prueba de mi libertad. 
-Ya veo, y entonces me imagino que es por eso que los demás clones te ponen especial atención ¿o me equivoco?
-Bien veo que tienes una gran capacidad de comprensión y análisis, si tienes razón ellos me vienen a buscar cuando ocupan un consuelo o consejo.
-Ahora entiendo, tengo una pregunta más, ¿Por qué decidiste ayudar a los clones?
-Es simple, me conmueve mucho ver como son maltratados por sus dueños, y el pensar que solo a mi me ha tocado un dueño generoso y comprensivo que no me trata como a un esclavo.es por eso que yo pienso que los seres humanos pueden tratarnos bien.
-Ese es un pensamiento muy idealista, en realidad piensas que todos los seres humanos pueden ser como tu dueño; perdón que sea yo quien te lo diga pero ellos son egoístas, envidiosos y además no les gusta ser superados, es por eso que te digo que ellos no pueden cambiar.
-Oye me sorprende la manera en que lo dices, ahora me toca a mi hacer las preguntas; dime por qué hablas como si no formaras parte de los seres humanos, no te refieres como un ellos… Acaso es que… ¿No eres un ser humano normal?
-.ja ja ja, ¿tan evidente fui?, si tienes razón, pasaste la prueba.- Respondió Sharik.
 -¿Cómo?
-Si es que sentí que eras una persona de confianza y pensé en probar que tan observador eres… Y te diste cuenta de los errores que cometí.
-La verdad pensé que querías que te preguntara y por eso lo hice.
-Bueno ahora te diré la respuesta, porque me has contado todo acerca de lo que te he preguntado: yo pertenezco a otra época, fui sometido a  un proceso criogénico del que acabo de despertar.
- Espera, ¿me estás diciendo que te sometiste a uno de esos tratamientos que ahora están prohibidos?
-Si, al despertar no sentí el cambio que esperaba sentir, no sabía cuánto tiempo había pasado congelado en esta habitación, lo único que recuerdo es a ella, es como si no hubiera pasado mucho tiempo.
- ¿Ella? ¿Quién era?
-El amor de mi vida, ella fue hecha para mí, es lo que tal vez se conozca como tu otra mitad, esto puede entenderse como una metáfora, pero en realidad así es, ella fue hecha para mí; en verdad la amo tanto.
- Pero, ¿ella era una humana? Acaso, ¿te enamoraste de tu dueña?
-No, ambos fuimos creados a partir de un Proyecto Genómico en el cual recurrieron a la eugenesia…
- !Oye!, ¡he escuchado un poco acerca de eso!, pero dicen que fue prohibido, muy pronto ¿o me equivoco?
- Pues déjame explicarte un poco más sobre esa situación.
- Claro dime.
- Por lo que he investigado logré darme cuenta que antes de nuestra creación, existían conservadores que se negaban a aceptar la creación de personas con ventajas genéticas sobre ellos, esto generó un gran conflicto de ideales; el cual se extendió por muchos años, debido a esto hubo muchos casos clandestinos de personas nacidas a partir de este método, muchas personas con mucho dinero gastaron fortunas para apoyar a laboratorios para hacer este tipo de trabajo, cubrieron los gastos necesarios para la fabricación de personas modificadas genéticamente.
- ¿En serio?, esto quiere decir que ustedes fueron creados de manera clandestina ¿cierto?
-Así es, sin embargo esto casi provoca una guerra entre distintos países, ya que los que aparentaban no tener este tipo de experimentos; estaban inconformes por la información que recibían de espías enviados a investigar sobre el tema, argumentaban que los países que creaban a estas personas estaban detrás de armas para la dominación mundial.
- Pero yo no he sabido que haya habido una guerra mundial en torno a este tema, lo que me hace pensar que de alguna manera lograron parar con la producción de sujetos como tú, ¿estoy en lo correcto?
-No, puesto que poco después se descubrió que los países que demandaban estaban haciéndolo porque querían crear un monopolio de la creación de estas personas conocidas después como PME (Personas Modificadas Eugenésicamente).
- Prosigue por favor.
-De acuerdo, cuando se descubrió la creación ilegal de estas personas el comité de Bioética internacional llegó a un acuerdo con los distintos países que poseían esta tecnología; así nació el Comité de Regulación de Clones y Personas Eugenésicas, abreviado con las siglas CRCPE.
-¿Esto quiere decir que llegaron a un acuerdo?
-Algo así, este comité se creó con científicos de distintos países; a partir de ese momento pasó a ser legal la creación de clones y la modificación genética para “mejorar” a las futuras personas, incluso la CRCPE otorgó permisos a distintas empresas multinacionales para crear un programa llamado “Elige el que más te guste”.
- Oye ese eslogan es muy cruel, no te parece.
- Por supuesto, además  por medio de este programa los futuros padres elegían las características que deseaban que sus hijos tuvieran, todo a partir de un catálogo, el número de PEM era regulado estrictamente para no afectar o favorecer demasiado a las demás personas.
-Pero según lo que me cuentas tuvo un gran éxito este proyecto, aun así no me has dicho concretamente que eres.
- Yo al igual que tu, fui la creación de un científico, soy el hombre idealizado por muchos, o eso es lo que me han dicho, poseo mejores aptitudes que cualquier humano promedio, aunque los de mi tipo están a mi nivel, nosotros somos más pacíficos que las personas promedio, ya que la condición para aprobar nuestra creación era suprimir nuestros instintos de agresividad, así que somos o éramos pacíficos, por que ahora no he visto a nadie como yo.
- Ahora entiendo, ya se la razón por la cual sentía tanta confianza cuando te conocí eres igual que yo en cierta forma…; sin embargo no entiendo ¿por qué te congelaste?, ¿qué pretendías haciendo esto?
- Eso yo tampoco  lo sé, solo sé que fue obra de ella, aún sigo sin entender por qué lo hizo, pero la encontraré para obtener la respuesta.
- Esto quiere decir que, ¿tú no fuiste?
- Exacto.
- Bueno todo lo que me has contado es impresionante, sin embargo ya debo irme, si por alguna razón deseas verte conmigo, puedes buscarme en esta dirección.
Después de que le entregó un papel con la dirección, salió de la bodega, esa noche Sharik soñó el momento en el que Aashta se despidió de él para dejarlo en la cámara criogénica, en el sueño vio malicia en la mirada de Aashta.
    Por la mañana siguiente, Sharik decidió ir en búsqueda de Zach; tras un largo camino, por fin logró ver la casa donde habitaba Zach,  y se decidió a llamarlo; en seguida le salió con una sonrisa en su rostro diciéndole:
-Buenos días  Sharik, ¿en qué te puedo ayudar?
-Buenos días, quisiera charlar contigo, ¿tienes tiempo?
-Por supuesto, salgo en un momento
Después de un par de minutos, salió y se fueron caminando hasta un cercano parque en donde tomaron asiento y entonces Sharik comentó lo siguiente:
 -He estado pensando algo y quería saber si puedo contar con tu ayuda.
-Pues cuéntame de que se trata y si esta al alcance de mis manos te ayudaré.
-Muchas gracias; seré directo contigo: Quiero reconstruir a mí amada Aashta.
-Aashta, ¿así se llama ella?
- Si, lo siento olvidé mencionarlo ayer…
-Pues, dime en ¿que te puedo ayudar?
-Necesito saber si tú puedes encontrar la manera de conseguir cierta fuente de energía, que necesito para activar la cámara en la que se encuentra mi adorada Aashta
- Pero… ¿Cómo? ¿Ella está viva?
- No, en realidad ella preparó un clon de sí misma, de manera que logrará evolucionar y justo cuando la máquina detectara que ella tenía cierta edad, justo ahí la congelaría y despertaría al mismo tiempo que lo hice yo.
- Y tú, ¿cómo te enteraste?
-Ella me dejo una serie de documentos en los cuales, me explica que quiere estar junto a mí y por eso creó un clon de ella misma.
-Y no te dice ¿por que te congelo a ti?
-No, específica que una vez la despierte me lo explicará todo.
-Ya veo… ¿Qué tipo de energía es la que necesitas?
- Básicamente es como una batería que funciona, con la ionización de las partículas, fue el principio utilizado en los motores de plasma.
-Pero esa es una tecnología bastante antigua, no sé si podré.
-Si eso había pensado… Pero en serio ¿no existe nadie que las venda o fabrique?
-Bueno quizás, el doctor… Bueno mira déjame hacer mis averiguaciones ven a buscarme mañana.
-Muchas Gracias, mañana vendré, hasta entonces.
De esta manera ambos tomaron rutas distintas, Zach se fue muy pensativo, pero en el trayecto al laboratorio fue testigo de algo que marcaria su forma tan idealista de pensar.
Al día siguiente Sharik, se encaminó rumbo a la casa de Zach, pero se llevó una sorpresa, ya que cuando iba a salir le tocaron la puerta, resultó ser Zach, en seguida lo hizo pasar y le preguntó:
-¿Qué tal, cómo te fue? 
-Bien.
-¿Pudiste conseguirla?          
- Si; aquí tienes.
-Gracias en serio, te lo agradezco demasiado; recordaré esto por siempre.
-Me alegro serte de ayuda.
-¿Te pasa algo?, te noto un poco triste y preocupado.
-La verdad, necesito desahogarme.
-Cuéntame ¿Qué te pasa?
-Veras ayer después de que me fui, camine algunos metros y fui testigo de algo muy impactante.
-Mmm.
-Estaban un clon y su amo discutiendo,  después el amo golpeó a su clon y este estuvo a punto de levantarse y atacarlo, pero en eso las personas que transitaban por esa vía, se unieron y empezaron a golpear a esta persona y el no se podía defender, a pesar de que quise ayudarlo me fue imposible, eran demasiadas personas. Después de todo creo que tenías razón Sharik…
-Oye… lamento que tuvieras que darte cuenta de esta manera.
-Si ahora entiendo todo…
-  Oye, por qué no me ayudas a despertar a mi Aashta, ella me dejó escrito que tenía un plan para poder liberar a los clones.
-¿En serio?
- Claro ella me dijo que podíamos crear juntos un mundo en donde los clones y los seres humanos puedan convivir pacíficamente. Así que si tu quieres puedes ser nuestro aliado, y así podrás acabar con las injusticias que has tenido que ver en esta época. ¿Qué te parece?
-Un sueño, pero vale la pena intentarlo…
Después ellos dos prepararon la cámara en donde se encontraba Aashta, y lograron insertar la fuente de energía y programaron el despertar de ella dentro de una hora.      
Esa hora le pareció la más lenta de su vida, por fin despertaría la mujer de su vida, la que tanto extrañaba, Zach y el estuvieron platicando sobre las circunstancias que ocurrieron antes de que el durmiera en esa cámara.
-          ¿Cómo es que ella te puso a dormir en esta cámara criogénica? ¿Qué hacías antes de que eso sucediera?
-          Aashta se había comenzado a portar un poco extraña, así que mi deseo por saber la razón de su comportamiento me  llevó al punto de monitorear sus movimientos, en una de esas ocasiones descubrí que se reunía en secreto con varios de nuestro tipo, esto me sorprendió mucho, ya que aunque sabía sus habilidades de líder, no creí que pudiera reunir a las personas y hablarles de esa forma, la euforia con la que la seguían era sorprendente.
-          ¡Wow!, veo que tu amada era una gran líder, dime, ¿Sobre qué trataba la reunión?
-          Trataba de….de…de…- Sharik se llevó las manos a la cabeza como si al hacerlo sus recuerdos pudieran regresar, se apretó la cabeza y comenzó a sudar- de…de…de…
-          Tranquilo, que te sucede, Sharik ¿Estás bien?, relájate.
-          ¡No puedo recordar de que trataba la reunión!, es como….como… si hubieran borrado mis recuerdos, disculpa no puedo decirte sobre que trataba la reunión.
-          Está bien, no te esfuerces por recordar lo que sucedió hace tiempo.
En ese momento el sonido de la cámara al abrirse capturó su atención, una gran niebla producto del intenso frío que emanaba de ella dejó vislumbrar una  delicada silueta, poco  a poco se fue aclarando hasta dejar ver el cuerpo desnudo de una mujer delgada y de hermosa figura que llevaba un extraordinario cabello ondulado color castaño que le llegaba a la cintura.  Los ojos de Sharik casi se llenaron de lágrimas al ver nuevamente a la mujer amada, entonces se apresuró a poner sobre ella un manto que protegiera su desnudez de visiones ajenas.
-Aashta, mi Aashta, me alegró de que hayas despertado, no sabes lo mucho que te extrañé.
La mujer lo vio con unos tiernos ojos verdes, acompañados de dos largas pestañas. Sharik la abrazó tiernamente y ella le correspondió el abrazo, hasta que Zach comenzó a dirigirse a la salida, debía dejar que ambos compartieran ese momento  de intimidad, consideraba que solo le pertenecía a ellos y nadie más.
-          Espera, no te vayas- dijo Aashta al ver que Zach se dirigía a la entrada.
Sharik volteó a ver al reciente amigo que había hecho, y le dijo.
-          Tiene razón, no te vayas, espera.
-          No se preocupen por mi, la verdad tengo unas cosas que hacer, no quiero molestarles, disfruten su momento juntos.- Contestó Zach.
-          Tu eres la persona que ayudó a Sharik a despertarme, ¿cierto?-Cuestionó Aashta.  Zach se sonrojó ante la pregunta.
-          La verdad no fue difícil ayudarle, solo conseguí la energía que se necesitaba para ayudar a tu despertar.
-          Vamos Zach, no digas que tu ayuda fue mínima, me ayudaste a encontrar lo que necesitaba, te lo agradezco. –Dijo Sharik.
-          Zach, ¿hacía donde te diriges?
-          La verdad voy a una reunión con los de nuestro tipo, tenemos unas cosas muy importantes que acordar.
Aashta mostró un peculiar interés al escuchar esto. -¿Te podemos acompañar a la reunión?, la verdad me gustaría saber como viven las personas de nuestro tipo en esta época.
-          Claro, además ustedes como nosotros.
-          Que bien, muchas gracias- Aashta dirigió la vista hacia Sharik, y le dijo- vayamos, hay algo importante que quiero conocer.
-          Esta bien, vayamos, pero antes ponte la ropa que dejé preparada para ti en la otra habitación.
-          Está bien, iré a cambiarme.
Al poco rato Aashta salió vestida con un vestido que le hacía verse más hermosa aún.
-          Bien, vayamos.
            Al llegar al punto de encuentro Zach tomó el papel de líder, el organizaba esas reuniones y comenzó con un discurso de por que los clones merecen derechos e igualdad con los demás seres humanos, muchos seguidores estaban conformes con la idea, había unos que no tanto, aún así se veía que respetaban lo que les decía su líder, estaban en la reunión cuando un hombre entró a la sala acompañado de una mujer que tenía con marcas de golpes recientes en el rostro y la ropa desgarrada, la mujer estaba llorando, muchas personas se acercaron a ellos, una joven comenzó a curar las heridas de la mujer, todos estaban consternados y atónitos ante aquel espectáculo, entonces comenzó a hablar y narrar como había sido interceptada por unos tipos en el camino que estuvieron a punto de violarle, contó como fue insultada, como estuvieron a punto de cortarle una mano con el pretexto de que nacería de nuevo por que es un clon, estaba totalmente aterrada. Conforme iba avanzando su narración las personas de la sala iban demostrando la ira que les producía este acto, la mujer terminó cuando contó como ayudada de un joven que iba pasando por el lugar pudo escapar.
-          ¡Hay que hacer algo ante esto!, ¡este crimen no puede quedar así!- Exclamó una voz en la sala.
-          ¡Debemos exigir derechos, igualdad ante ellos! ¡Debemos hacer algo, no estamos seguros con ellos!- Exclamó una mujer.
-          Tranquilos, encontraremos la solución, con el diálogo podremos llegar a buenos acuerdos.
-          No creo que con el diálogo se solucione mucho.- contestó otro individuo en la sala.
En ese momento una mujer tomó la palabra, una mujer extremadamente bella, de piel rosada, de rasgos finos y bellos, era Aashta que ante la sorpresa de Sharik y Zach comenzó a hablar
-          El tiene razón, el diálogo no servirá, ya lo hemos intentado antes y no funcionó, pertenezco a una generación que por lo que veo quedó en el olvido, nosotros fuimos creados tomando lo mejor de las características genéticas, nuestro código es perfecto- Se comenzaron a escuchar murmullos en la sala- hace tiempo un grupo similar al de ustedes hizo lo mismo que están haciendo en este momento, pero no les funcionó, al contrario, solo sirvió para despertar la paranoia del humano y comenzar a atacarnos, la opresión incrementó hasta ser un conflicto armado, poco a poco fuimos cayendo, eso sucedió porque éramos pocos, nos confiamos mucho de nuestras capacidades, pero ahora veo que ustedes son más de los que éramos nosotros.
-          Entonces qué es lo que propones, si el diálogo no lo solucionará.
-          Propongo levantarnos en armas y tomar el control total-más murmullos se escucharon en la sala- Se que les puede resultar extremo, pero es la única solución, no entenderán de otra forma, hace tiempo pude darme cuenta de lo monstruosos que son, en una ocasión hubo un caso de  un niño como nosotros que fue quemando, después de ser golpeado y humillado, lo más sorprendente es que lo hicieron sus propios compañeros, niños de su edad, a pesar de que el niño tenía mejores aptitudes que ellos no se defendió, estaba dominado por el miedo,  si los niños de su especie son así ¿Qué se espera de los adultos? – más murmullos se escucharon el la sala, hasta que alguien más habló.
-          Sabemos que son crueles, sino miren lo que le hicieron a esta mujer.- dijo un hombre mientras señalaba a la mujer que había entrado a la habitación.
-          ¡Hay que levantarnos contra ellos!
-          ¡Hay que acabar con esa opresión!
-          Propongo que se les eliminé por completo o se les tenga controlados, si hay más como ellos el odio seguirá extendiéndose, su egoísmo, ambición y debilidades nos consumarán a nosotros también, debemos acabar ese problema a raíz.-
-          Hubo consternación como respuesta a estas palabras- pero Zach los calmó- ¿Qué plan de acción propones?
-          Lo mejor será que ataquemos antes de que se den cuenta, primero hay que deshacernos de los líderes, de las personas que tengan esclavizados clones a su servicio. – Conforme iba pronunciando estás palabras, los sucesos iban ocurriendo- Los clones que tengan acceso a estos seres humanos los envenenarán dentro de dos noches, si se rebelan a eso usen la fuerza, al amanecer los demás tomaremos las armas y comenzaremos con el ataque, no debe quedar ninguno con vida o posibilidad de reunir a más de su tipo.
Así dio inicio una lucha por el poder y dominio del planeta.
Desde el momento en el que Sharik vio a Aashta hacer esas declaraciones ante la reunión de clones comenzó a tener vagos recuerdos de lo que vio en la reunión que presenció antes de dormir en la cámara, algo no le gustaba totalmente, la dulce mujer a la que amó era completamente diferente de lo que veía en este momento, o eso veía por ratos, aunque cuando estaban acompañados ella era diferente, era dulce como siempre, eso no le terminaba de gustar, siempre terminaba haciendo lo que ella le pedía, si le pedía que fuera líder de alguna fracción de ataque el iba sin dudarlo, si le pedía organizar algo, el lo hacía, tenía las capacidades perfectas para ello, aunque a veces se sentía usado.
Una vez terminada la reunión Sharik estuvo hablando con Aashta, comenzó preguntando el motivo que le llevó a congelarlo en ese lugar y clonarse a si misma.
-¿Por qué hiciste eso?, ¿Por qué les dijiste que atacaran a los demás humanos?
-Por qué es la única solución para evitar que más injusticias se cometan, se que se derramará mucha sangre ahora, pero después todo será mejor, no habrá necesidades de guerra, no habrá alguien a quien envidiar o a quien temer, ¿No lo entiendes?
-Lo único que entiendo es que morirá mucha gente, que puede no ser la mejor solución.
-Intentamos de todo antes, pero tú no estuviste presente.- Sharik comenzó a irritarse ante ese comentario a lo que contestó molesto -¡No lo hice por que me congelaste! ¡¿Por qué lo hiciste?! Dame una buena razón.
Ella lo miró tranquila, con la serenidad que la caracterizaba, sin parpadear esos hermosos ojos verdes, el la vio más bella de lo que siempre la había visto, ella  contestó.
-Lo hice por que en ese momento resultabas un estorbo para nuestros planes, me serías más útil dormido en esa cámara y ayudar a mí despertar en caso de que algo fallara.- Lo dijo con tanta tranquilidad que fue más cruel para Sharik, por eso sintió que le dolió demasiado, sintió un intenso dolor, sintió como la temperatura de su cuerpo descendía y el estomago se le revolvía.
-¿Por qué me dices eso?
-Porque es la verdad, y no necesito ser gentil contigo, ya no te necesito, tu misión ha terminado, solo necesitabas despertarme y encontrar nuevo líder para que pudiera seguir con la rebelión, la mujer que te amó fue la Aashta que conociste, yo soy su clon y poseo todos sus recuerdos, pero me fue suprimido el amor que te tenía, sus sentimientos hacia ti la hicieron débil, por eso fracasó, no te dejó participar en la rebelión por que supo que te opondrías y siempre estaría preocupada por ti.
-Pero…pero…fuimos creados el uno para el otro, yo…yo… te amo
-Pero yo no, ¿Por qué somos el uno para el otro? ¿Por qué alguien más lo decidió antes de nuestra creación? ¿Acaso no  se puede elegir libremente a quién amar? Así que tu misión terminó, todo marcha conforme el plan, solo falta despertar a los demás.
-¿Hay más?
-Si, y despertarán pronto, me están esperando, soy su líder, así que ya no te necesito, puedes unirte a la causa si lo deseas,  pero no esperes nada de mi, recuérdalo bien, no soy la Aashta que conociste.
            Se dio la media vuelta y se fue, dejándolo con un intenso dolor que le fue consumiendo cada día., esa fue la última vez que el la vio de cerca, después la pudo ver de lejos.
            Se unió a la causa y aunque el tenía un lugar privilegiado por ser amigo de Zach y el código genético que poseía no se sentía satisfecho, luchó hasta el cansancio para así agradarle a la nueva Aashta, pero a ella nada de eso le importaba, vivió así hasta que  un día el derramamiento de sangre y el rechazo fue mucho para él, murió a manos de de una mujer que se parecía a su amada Aashta, en el último instante de su vida pudo recordar la sonrisa de la mujer que amó, y pensó “La sonrisa es lo único que queda de la mujer que alguna vez amé, en todo lo demás ella es diferente
La guerra siguió y los humanos normales comenzaron a organizarse rápidamente para contraatacar, las cosas no iban bien para ningún bando, pero ellos seguían peleando, defendiéndose hasta que  los humanos normales descubrieron el arma definitiva para acabar con los clones, una que estaba hecha para casos de este tipo, algo que no sabían los clones es que las líneas rojas de sus ojos además de diferenciarlos también eran un dispositivo de autodestrucción que se activaría con esa arma, los clones no estaban prevenidos ante este peligro, así que fueron cayendo, hasta que se decidió llegar a un acuerdo entre ambas fracciones del ataque.
Así fue como nuestro personaje descubrió que acercarse a la perfección no asegura la felicidad…
FIN
Entrar